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Tratamiento del carcinoma basocelular

El carcinoma basocelular (CBC) es el tipo de cáncer de piel más frecuente en el mundo. Aunque su crecimiento suele ser lento y rara vez produce metástasis, debe tratarse a tiempo para evitar complicaciones locales y daños estéticos importantes. En la actualidad, existen múltiples tratamientos eficaces, desde cirugía hasta terapias más conservadoras, adaptadas a cada paciente y tipo de lesión.

¿Qué es el carcinoma basocelular?

El carcinoma basocelular se origina en las células basales de la epidermis, la capa más profunda de la piel. Su causa principal es la exposición crónica a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado.

Aparece con mayor frecuencia en personas de piel clara, mayores de 50 años, y en zonas expuestas como la cara, cuello, orejas o cuero cabelludo. Sin embargo, también puede afectar a personas jóvenes, especialmente si han sufrido quemaduras solares repetidas.

Síntomas y signos de alerta

El carcinoma basocelular puede presentarse de diversas formas. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Nódulo perlado o brillante, a veces con pequeñas venas visibles.
  • Úlcera que no cicatriza o sangra con facilidad.
  • Mancha rojiza o costrosa que persiste en el tiempo.
  • Área blanca, cerosa o con aspecto de cicatriz sin causa aparente.

Ante cualquiera de estas lesiones persistentes, es fundamental acudir a un dermatólogo para una evaluación mediante dermatoscopia o biopsia. La detección temprana mejora el pronóstico y reduce la necesidad de tratamientos más invasivos.

Tipos de carcinoma basocelular

Existen varias formas clínicas de carcinoma basocelular, y su tratamiento puede variar según el tipo:

  1. Nodular: la forma más común; aparece como una pápula brillante y firme.
  2. Superficial: más frecuente en tronco y extremidades; se presenta como una placa rojiza o rosada.
  3. Morféico o infiltrante: más agresivo y de bordes mal definidos; requiere tratamiento especializado.
  4. Pigmentado: contiene melanina, lo que le da un tono marrón o negro y puede confundirse con un melanoma.

Tratamientos disponibles para el carcinoma basocelular

El tratamiento del carcinoma basocelular depende de su tamaño, tipo histológico, localización y del estado general del paciente. A continuación, se detallan las principales opciones terapéuticas actuales:

Cirugía convencional

Es el tratamiento más habitual y eficaz. Consiste en la extirpación completa del tumor junto con un margen de piel sana para asegurar que no queden células malignas.

  • Se realiza con anestesia local.
  • Ofrece una tasa de curación superior al 95% en la mayoría de los casos.
  • Es ideal para lesiones bien delimitadas y accesibles.

Cirugía micrográfica de Mohs

Considerada el estándar de oro para carcinomas en zonas sensibles (nariz, párpados, labios o orejas) o tumores recurrentes.

  • Permite analizar cada capa de tejido extirpado durante la cirugía.
  • Garantiza la máxima conservación del tejido sano y la eliminación completa del tumor.
  • Su tasa de curación supera el 99%.

Curetaje y electrocoagulación

Técnica ambulatoria indicada para lesiones superficiales o pequeñas.

  • Se raspa el tumor con una cureta y luego se aplica calor para destruir las células residuales.
  • Rápida y efectiva, aunque puede dejar una leve cicatriz.

Crioterapia

Se utiliza nitrógeno líquido para congelar y destruir el tejido tumoral.

  • Adecuada para lesiones superficiales o en pacientes que no pueden someterse a cirugía.
  • Requiere seguimiento para confirmar la eliminación completa del tumor.

Terapia fotodinámica (TFD)

Tratamiento no quirúrgico que combina una sustancia fotosensibilizante con luz especial.

  • Ideal para carcinomas superficiales o múltiples.
  • Produce excelentes resultados estéticos y mínima cicatrización.
  • No recomendada para tumores profundos o agresivos.

Radioterapia

Indicada cuando la cirugía no es posible o el tumor está en una zona difícil de tratar.

  • Eficaz, pero puede producir cambios cutáneos a largo plazo.
  • En 2025, las técnicas de radioterapia dirigida son más precisas y con menos efectos secundarios.

Cuidados posteriores y prevención

Tras el tratamiento, el seguimiento dermatológico es fundamental. El carcinoma basocelular puede reaparecer en la misma zona o en otra parte del cuerpo.
Se recomienda:

  • Revisiones dermatológicas cada 6-12 meses. 
  • Uso diario de protector solar SPF 50+, incluso en invierno. 
  • Evitar exposiciones solares prolongadas y usar sombrero o ropa protectora. 
  • Mantener una buena hidratación y revisar regularmente lunares o manchas nuevas. 

Además, la educación sobre fotoprotección desde edades tempranas sigue siendo la mejor herramienta para reducir la incidencia de cáncer de piel.

El carcinoma basocelular es un cáncer de piel de buen pronóstico si se trata a tiempo. La medicina actual ofrece múltiples opciones seguras, eficaces y con resultados estéticos satisfactorios. La detección precoz y la fotoprotección constante siguen siendo las claves para mantener una piel sana y prevenir futuras lesiones, por lo que te recomendamos visitar a una experta en dermatología, como la doctora Paz Cerdá.

Pedir cita con Dra. Paz Cerdá Escar

Pº Independencia, 21 Pral. Izquierda 50001 Zaragoza

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