22020Abr
Dejar de fumar es posible si sabes cómo

En España en torno a un 30% de los adultos fuma y cerca de 60.000 personas pierden la vida cada año como consecuencia del tabaco.

Fruto de las campañas de concienciación la población va siendo más consciente de lo perjudicial que resulta el tabaco para nuestra salud. Son miles de fumadores los que acuden cada año a terapia para intentar dejar de fumar y, según cifras de la Asociación Española contra el cáncer, más de un 60% lo consigue.

Gracias a la combinación de la terapia psicológica, un tratamiento farmácologico y fuerza de voluntad, dejar de fumar está al alcance de cualquiera que se lo proponga.

Sin embargo, dada la situación de emergencia e incertidumbre actual, los especialistas afirman que quizás este no es el mejor momento para intentar dejar de fumar sin ayuda, aunque sí debemos intentar no incrementar el número de cigarrillos que consumimos al día.

El equipo del Dr. Vicente Ezquerroespecialista en Psiquiatría y Psicología en Zaragoza y fundador de Doctología, cuenta con expertos en el tratamiento del tabaquismo. Nos da algunas recomendaciones para aquellos que se propongan dejar de fumar y cómo podemos disminuir el ansia de tabaco durante la cuarentena.

Pregunta.- ¿Por qué creen que todavía fuma un 30% de la población en una época en la que sabemos de sobra lo perjudicial que es?

Equipo. – Cada vez tenemos más información sobre lo perjudicial que es el tabaco, pero estar informado no significa tomar la decisión. La mayor parte de la población no sabe a dónde acudir, cómo hacerlo y tiene miedo a no ser capaz de lograrlo.

Además, son cifras globales, habría que disgregarlas por edad y sexo. Aunque las cifras siguen siendo altas, el consumo de tabaco ha descendido en los últimos años gracias en parte a las políticas de control de tabaco, desde las advertencias en las cajetillas hasta la prohibición de fumar en sitios públicos desde hace ya 7 años.

P.- ¿Cuál es la “clave” para dejar de fumar?

E.- No existe la fórmula mágica. Es importante que sea un momento estable en la vida de la persona que quiere dejar de fumar, ni muy bueno ni muy malo, y que una vez tomada la decisión, que en ocasiones es lo más difícil, que haga un intento serio de dejar de fumar, es decir, utilizando todas las herramientas posibles: tratamiento psicológico acompañado de apoyo farmacológico para dejar de fumar.

Gracias al tratamiento psicológico y farmacológico controlamos la dependencia tanto física como psicológica que causa el tabaco.

P.- ¿Es mejor dejarlo poco a poco o de golpe?

E.- Depende del perfil de fumador que tenemos delante: su modo de fumar, el consumo de cigarrillos diarios, su nivel de dependencia física, etc. Aunque si tuviera que decantarme diría que es mejor dejarlo de golpe ya que en la reducción corremos el riesgo de que el fumador siga fumando un número bajo de cigarrillos que finalmente se convierte en el patrón de consumo habitual.

Por regla general, el fumador de 20 cigarrillos diarios no puede fumar esporádicamente, es “todo o nada”, siempre y cuando se utilice una ayuda farmacológica. En este caso sustituimos el cigarrillo por el tratamiento.

P.– Y en este estado de confinamiento, ¿puede ser un buen momento para dejarlo?

E.- Como decía anteriormente, es importante encontrar un momento estable en el tiempo, y este no lo es. Estamos viviendo un estado de gran incertidumbre a nivel de salud física, emocional, mental, laboral… Además de lo que supone el ver coartada la libertad de poder decidir cosas anteriormente tan simples como salir a la calle o no.

Por todo ello, no es recomendable comenzar un proceso de dejar de fumar ahora sin ayuda, dónde aparecerían si lo hiciera síndrome de abstinencia que aguzaría los efectos negativos, físicos y psicológicos de la cuarentena.

P.- Lo que pasa es que durante la cuarentena la gente puede estar fumando más para calmar la ansiedad.

E.- Efectivamente, ante ansiedad externa, el fumador suele recurrir al tabaco para paliar los efectos. Sin embargo, la nicotina, en contra de lo que la mayoría piensa, es ansiogénica, provoca ansiedad, no ansiolítica. Lo que sucede es que entre cigarrillo y cigarrillo, el fumador entra en estado de abstinencia y aumenta el «craving», que es la motivación de autoadministrarse una sustancia que previamente ha sido consumida, en este caso la nicotina.

La nicotina, en contra de lo que la mayoría piensa, es ansiogénica, provoca ansiedad, no ansiolítica.

Es  por eso que un fumador calma su estado de ansiedad al fumar, porque el cerebro le está pidiendo la dosis diaria de la sustancia adictiva. Por ello, nuestra recomendación es que no deje de fumar sin ayuda externa pero que sí intente no aumentar la dosis de tabaco diaria, es decir, que racione la dosis o marque que cigarrillos son imprescindibles a lo largo del día y cuales puede pasar sin fumar.

Durante la cuarentena la gente puede estar fumando más para calmar la ansiedad.

P.- ¿En qué consiste la terapia para dejar de fumar? ¿Es un tratamiento estándar o depende de las características del paciente?

E.- Como decía anteriormente, depende de cada paciente y hay muchos factores que influyen como: años fumando, cigarrillos diarios, si ha hecho intentos previos, si tiene un entorno fumador o no fumador…

La terapia consiste en un tratamiento multicomponente: farmacológico, ya sea Terapia Sustitutiva de Nicotina (TSN) o pastillas (Vareniclina o Bupropión) ambos seguros y eficaces para dejar de fumar, combinado con terapia psicológica, durante 3 meses.

Conjuntamente con el paciente pautamos el día D, día que dejará de fumar y las sesiones de tratamiento, al principio más seguidas y luego más espaciadas en el tiempo. En cada sesión abordamos un tema relacionado con el tabaco como puede ser la prevención de recaídas, el peso, que suele preocupar a la hora de dejar de fumar o tabaco y salud, por ejemplo.

P.- ¿Cuánto tiempo suele durar el tratamiento hasta que se considera que el ex fumador está “fuera de peligro”?

E.- Hay dos fechas clave: 3 meses y 6 meses. A los tres meses sin fumar, el paciente ha pasado por todo tipo de situaciones de riesgo y las ha superado por lo que se le considera ya exfumador.

A los 6 meses validamos “el título”. Muchas personas piensan que el año es la fecha clave, sin embargo, realizamos una investigación al respecto y vimos que los resultados a los 6 meses y el año eran idénticos.

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P.- Hay muchos casos de gente que ha vuelto a fumar muchos años después de haberlo dejado. ¿Nunca se quitan las ganas de fumar?

E.- Sí se quitan, de hecho, el síndrome de abstinencia es más alto en las dos primeras semanas, luego disminuye. Lo que hace que la gente recaiga no son los ganas de fumar, si no no existirían los exfumadores, es la falsa sensación de control, el pensar que “por uno no va a pasar nada”.

Algunos fumadores piensan que cuando lleven años sin fumar podrán hacerlo de vez en cuando y ese es el error.

La capacidad adictiva de la nicotina es muy alta, por eso la mayor parte de la población que la prueba se hace adicta. Un porcentaje muy pequeño de los exfumadores, entorno al 1%, es capaz de fumar de vez en cuando, para la mayoría no es posible así que mejor no probar para no echar por tierra el esfuerzo realizado.

P.- ¿Y en el caso de aquellas personas que ya habían empezado a dejar de fumar y les ha coincidido con la cuarentena?

E.- Han tomado una de las mejores decisiones ya que están cuidando su salud, hecho siempre importante y ahora más en este estado de pandemia, por lo que les animamos a seguir con su objetivo de seguir abstinentes.

Cuando las ganas de fumar vengan fuertes, es importante llevar a cabo alguna conducta que le distraiga de las ganas de fumar, ya sea cambiar de escenario, por ejemplo, ir al lavabo, lavarse las manos, tomar algún comprimido de nicotina en el caso de que así se lo hayan pautado, o incluso respirar profundamente y soltar el aire poco a poco ayuda.

La dependencia psicológica, si no se trabaja, va cobrando fuerza. Es importante recordarse los motivos que le llevaron a intentar dejarlo o las ventajas que nota al dejar de fumar.

El problema que suele surgir en estas ocasiones es que la persona se queda esperando inmóvil a que pasen las ganas de fumar y eso no sucede así ya que, aunque hay síntomas del síndrome de abstinencia que disminuyen conforme pasan los días sin fumar, la dependencia psicológica, si no se trabaja, va cobrando fuerza y aparecen pensamientos cómo “Quien me ha mandado dejar de fumar”, “No puedo”, o incluso “Era más feliz fumando”.

Debe cambiar esos pensamientos por otros más positivos y realistas como por ejemplo recordándose los motivos que le llevaron a realizar este intento o las ventajas que nota al dejar de fumar. Puede ser difícil mantenerse abstinente en la actualidad y a la vez es un reto que si logra superar, le hará más capaz una vez volvamos todos a la calle.

P.- ¿Cómo se debe actuar ante una recaída? ¿Es más fácil evitar recaídas con la ayuda de un experto?

E.- Por supuesto. La prevención de recaídas en una parte muy importante del tratamiento que marca la diferencia entre hacerlo solo o con ayuda especializada. El paciente, ante una recaída debe analizar qué le ha llevado a ello y valorar qué hará en una situación parecida.

En nuestra consulta de Psicología en Zaragoza utilizamos un enfoque llamado Entrevista Motivacional que trata las adicciones desde otro paradigma, donde el experto en su conducta es el paciente y yo como terapeuta trabajo sobre su ambivalencia, las resistencias a lograr la abstinencia y por su puesto la prevención de recaídas.

P.- Los parches, chicles, cigarrillos electrónicos y otros métodos similares… ¿funcionan?

E.- La TSN (Terapia Sustitutiva de Nicotina) que engloba los parches, chicles y comprimidos y la Terapia basada en fármacos como la Vareniclina o el Bupropión, ya más en desuso, es eficaz y segura siempre y cuando el paciente lleve el tratamiento adecuado a su patrón de consumo y nivel de dependencia física. Ya que a veces los fumadores dejan el tratamiento antes de tiempo o no lo utilizan de la forma correcta y entonces obviamente no es útil.

Sobre los cigarrillos electrónicos, sin embargo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) no considera que sea un tratamiento legítimo para dejar de fumar ya que no hay estudios que confirmen que estamos ante un producto seguro para dejar de fumar y su eficacia tampoco está probada. Yo no lo recomiendo.

P.- ¿Qué consejos o que pautas daría a una persona que está intentando dejar de fumar?

E.- Que acuda a un profesional en busca de ayuda. No debemos olvidar que estamos ante una adicción, por eso hay que tomarlo como tal y tratarlo como lo que entraña, la pérdida del control de la conducta.

En el caso de que decida dejarlo sin ayuda, que se ponga una fecha para dejar de fumar, que haga un plan de acción, que planee qué hará cuando tenga ganas de fumar, cuando le ofrezcan un cigarrillo, en situaciones de estrés, de ocio…

Es importante anticiparse a las situaciones de riesgo. Y, sobre todo, saber que ha tomado una de las mejores decisiones de su vida, y cuando lo logre, tendrá recursos nuevos para afrontar nuevos retos.

Pedir cita con el equipo del Dr. Vicente Ezquerro Esteban

Paseo Independencia, 19 - 3º Zaragoza

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