152019Oct
La gripe: Causas, síntomas y cómo curarla

La gripe, junto a los procesos catarrales, es una de las enfermedades más comunes con la llegada del otoño y el invierno, y el 53% de los españoles padecerán alguna de las dos a lo largo de este año. La OMS define la gripe como:

“una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones.”

Es una enfermedad de tipo vírico estacional y su propagación se produce entre los meses de Noviembre y Marzo, lo que provoca que a menudo se colapsen los centros de salud en este periodo a causa de ello.

Diferencias entre gripe y resfriado común

Tanto la gripe como el resfriado común son de tipo vírico, pero no pertenecen al mismo virus. En el caso de la gripe el origen suele estar en “influenza”, principalmente el tipo H1N1, este virus es capaz de modificarse a sí mismo y por eso la inmunidad que se desarrolla y las vacunas no son válidas de un año a otro. Esto también hace que los síntomas puedan variar de forma y extensión.

Por otro lado, es el rinovirus o el coronavirus, también conocido como resfriado común, el responsable de la mayoría de procesos catarrales, que además se caracteriza por no ser estacional, por poderse padecer varias veces a lo largo del año y su duración puede ser de más de 8 días. Su tratamiento es sencillo y con un mantenimiento básico de higiene, comida sana, descanso y algún analgésico suave se podrá superar sin mayores dificultades.

Para diferenciarlos, el principal elemento que los distingue es la presencia de fiebre, que suele aparecer solo en la gripe. Además, la gripe se manifiesta de forma más agresiva con malestar intenso muscular y puede dar dolor en el tracto respiratorio, así como mucosidad. Su tiempo de incubación es de 18-36 horas y su duración es de 7 a 10 días.

En cambio, el resfriado común manifiesta principalmente una infección aguda del tracto respiratorio superior, cuyos síntomas principales son la mucosidad, el dolor de laringe y tráquea, así como el malestar leve generalizado que puede alargarse a lo largo de las semanas.

Cómo se contagia y cómo evitarlo

Los cambios bruscos de temperatura, unidos a los espacios cerrados con aire caliente, fomentan el contagio y la transmisión de este tipo de virus. Al ser la gripe un virus que se contagia con facilidad lo habitual es padecer la enfermedad y esperar a que el propio cuerpo la supere, pero si se pertenece a uno de los siguientes grupos de riesgo: mayores de 65 años, personas con el sistema inmunitario debilitado o suprimido, embarazadas o niños, es necesario poner todas las barreras posibles mencionadas anteriormente para evitarlo debido a las complicaciones que pueden surgir, véase: neumonía o bronquitis.

La mejor forma de protección es la higiene, evitar los cambios bruscos, ventilar bien las habitaciones, usar papeles desechables y en algunos grupos de riesgo se recomienda la vacunación e incluso mascarillas.

Una de las cosas fundamentales es que la vacunación debe ser previa a la temporada alta de contagio: otoño e invierno. Sin embargo, la vacuna está contraindicada en personas con alergia al huevo y aquellos que superen los 38ºC, pero está recomendada para aquellas personas que no están en un grupo de riesgo y conviven con alguien que sí pertenece a él.

Cómo curar la gripe

La gripe como tal no tiene cura, solo existe tratamiento para aliviar y mejorar los síntomas durante el proceso. Las recomendaciones más habituales serían:

  • Dormir y descansar.
  • Beber líquido de forma abundante pero no excesiva.
  • Evitar el consumo de tabaco o alcohol.
  • En caso de fiebre tomar medicamentos bajo prescripción médica.
  • No tomar antibióticos, puesto que la gripe es un virus y los antibióticos actúan contra las bacterias.
  • Mantener una higiene adecuada.

Curar la gripe

Cuándo se debe ir al médico

En condiciones normales no es necesario acudir al médico, ni a urgencias, por una gripe o por un resfriado común. Sólo las personas que tengan patologías previas como asma, inmunodepresión o que pertenezcan a uno de los grupos de riesgo deberían ir al médico para consultar y descartar riesgos. Los síntomas que pueden alarmar son pitidos en el pecho al respirar, dolor torácico, sensación de ahogo, supuración de oído, o que la fiebre sea alta durante 5-6 días.

Por lo que se aconseja, en resumen, tener paciencia y esperar a que los síntomas disminuyan a lo largo de los días tratando de descansar lo máximo posible.

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