292024Jul
¿Es lo mismo espolón calcáneo y fascitis plantar?

El espolón calcáneo y la fascitis plantar son dos patologías que, por sus similitudes, a menudo se confunden. Sin embargo, aunque están relacionados y pueden presentar síntomas parecidos, son afecciones distintas que requieren de tratamientos específicos

¿Qué son la fascitis plantar y el espolón calcáneo?

La fascia plantar es una estructura musculoligamentosa que une la parte frontal del pie con el talón y, cuando se inflama, producto de soportar un peso extra, llevar un calzado inadecuado o estar muchas horas de pie, produce la denominada fascitis plantar. Es decir, la inflamación de este tejido.

Por su parte, el espolón calcáneo es un resalte óseo que se forma en el hueso del talón (calcáneo). Esto ocurre cuando el calcio se deposita en la parte inferior del hueso del talón, creando una pequeña protuberancia. Es una reacción del cuerpo a la tensión constante y el estrés en el pie, comúnmente asociado con el uso de un calzado inadecuado o problemas como el pie plano o el arco alto.

El dolor de estos espolones se da únicamente en el hueso del talón, también llamado hueso calcáneo, y se traduce en una sensación punzante debido a que los depósitos de calcio inciden sobre el tejido graso de la almohadilla. Por regla general este dolor es peor al comienzo del día.

Diferencias entre fascitis plantar y espolón calcáneo 

Para salir de dudas, desde Doctología te contamos las principales diferencias entre fascitis plantar y espolón calcáneo:

Origen del Problema:

La principal diferencia entre fascitis plantar y espolón calcáneo es que la primera provoca dolores en el área del pie y el talón, y puede dar lugar también a enrojecimiento, hinchazón e inflamación de esta parte del cuerpo. Mientras que el espolón solo provoca dolores en la zona del talón.

Síntomas:

Mientras que la fascitis plantar provoca un dolor que se extiende a lo largo de la fascia plantar, el espolón puede ser asintomático o causar dolor localizado en el talón.

Diagnóstico:

El diagnóstico de la fascitis plantar y el espolón calcáneo difieren significativamente. La primera se diagnostica principalmente a través de un examen físico y de los síntomas reportados por el paciente. El segundo se diagnostica mediante radiografías que muestran la proyección ósea.

Tratamiento:

El tratamiento para la fascitis plantar puede incluir estiramientos, masajes, plantillas ortopédicas, y en casos persistentes, terapias como las inyecciones de esteroides o tratamientos de ondas de choque. Mientras que en el caso del espolón calcáneo, el tratamiento incluye reposo, fisioterapia, plantillas ortopédicas y, en casos severos, cirugía.


¿Cuáles son sus causas?

Es muy importante conocer las causas o los factores de riesgo que pueden generar fascitis plantar y espolón calcáneo para actuar en consecuencia para, en la medida de lo posible, evitar que aparezcan o se desarrollen dichas lesiones. 

  • Llevar calzado inadecuado o falto de apoyo.
  • Sobrepeso y obesidad.
  • Pasar muchas horas de pie.
  • Excesiva tensión en los músculos de la pantorrilla, lo que dificulta la flexión del pie.
  • Realización de actividades que causan fuerte impacto en el pie, como correr o practicar otros deportes.
  • Tener el arco del pie muy pronunciado.

¿Cómo se diagnostican estas patologías?

En el caso de que presentes alguno de los síntomas mencionados anteriormente, relacionados con fascitis plantar y espolón calcáneo, el doctor Félix Pastor, especialista en Traumatología en Zaragoza, recomienda acudir cuanto antes a su médico con el objetivo de obtener un diagnóstico temprano y ajustado.

A la hora de examinar la zona afectada, el médico podría pedirle estudios mediante imágenes, que ayudan a conocer la fuente del dolor, es decir, si éste está causado por una inflamación o se trata de otro tipo de patología.

El estudio más utilizado a la hora de reconocer enfermedades como los espolones calcáneos es la radiografía o los rayos X, que generan imágenes claras de los huesos y ayudan a los doctores a descartar fracturas, pequeñas fisuras u osteoartritis. 

Por su parte, la fascitis plantar suele diagnosticarse a través de exámenes físicos. Aunque el uso de pruebas mediante imágenes también pueden ser útiles para descartar otras problemáticas.

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Tratamiento para la fascitis plantar y el espolón calcáneo

Una vez diagnosticadas este tipo de patologías, es necesario iniciar un tratamiento que puede ser de carácter no quirúrgico o puede exigir al paciente someterse a la cirugía.

Tratamientos no quirúrgicos

Antes de pasar por el quirófano, los pacientes prueban los denominados tratamientos simples, entre los que se incluyen la ingesta de fármacos antiinflamatorios y analgésicos o la realización de fisioterapia:

  • Aplicación de hielo. Uno de los remedios para reducir la inflamación y la hinchazón del talón y, además, insensibilizar la zona y reducir ligeramente el dolor, es la aplicación de hielo durante veinte minutos unas tres o cuatro veces al día.
  • Reposo. Uno de los primeros pasos para erradicar o, al menos, disminuir el dolor, es reducir considerablemente o suprimir por completo las actividades que agravan dicho dolor, especialmente aquellas que suponen el impacto del pie contra superficies duras como el suelo.
  • Ejercicio moderado. Por el contrario, si sospecha que la fascitis puede estar agravada por la tensión en los músculos de la pierna es conveniente realizar ejercicios de estiramiento de la pantorrilla y la fascia plantar de corta duración y numerosas repeticiones.
  • Fármacos antiinflamatorios no esteroides. Dentro de esta categoría se incluyen medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno, que reducen la inflamación y el dolor.
  • Inyecciones de corticoides. En ocasiones es necesario recurrir a medicamentos de carácter esteroideo que se inyectan directamente en la planta del pie.
  • Uso de zapatos ortopédicos o plantillas especiales.
  • Fisioterapia concentrada en el estiramiento de los músculos de la pantorrilla y la fascia plantar.
  • Uso de férulas por la noche que estiren la fascia plantar.
  • Terapia extracorpórea de impulsos eléctricos (ESWT), que estimula la cicatrización del tejido dañado.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico se debe considerar tras comprobar que todos los tratamientos anteriores no han resultado eficaces.

Entre las intervenciones que se pueden realizar para corregir la fascitis plantar y los  espolones calcáneos se consideran la recesión de los gemelos o gastrocnemio, que busca alargar los músculos de la pantorrilla, o la liberación de la fascia plantar, mediante la cual se corta el ligamento para aliviar la tensión en el tejido.

La mejor opción es acudir a un médico especialista que nos ofrezca un diagnóstico preciso y nos recomiende el mejor tratamiento para nuestro caso en concreto.

¿Cómo prevenir estas patologías?

Por suerte, en muchos casos la fascitis plantar y el espolón calcáneo se pueden prevenir. Los más importante es, en caso de que exista sobrepeso, tratar de reducirlo e incluir en la dieta alimentos positivos para los músculos y tendones, que son aquellos con alto contenido en magnesio, silicio y zinc, como las legumbres, algunas frutas o el chocolate negro.

Es importante hacer ejercicio, por cuestiones de salud y para controlar el peso, pero la práctica deportiva debe ser moderada y es fundamental calentar siempre antes de hacer deporte.

Por último, queremos hacer hincapié en la importancia de llevar un calzado adecuado, incluso realizar un estudio de la pisada para ver si es conveniente realizar plantillas personalizadas.

En caso de que experimente dolor persistente en el talón, es fundamental consultar a un profesional para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Pedir cita con Dr. Félix Pastor Loscertales

Calle de Francisco de Vitoria, 13 50008 Zaragoza

Clínica Ordás C/ Padre Damián 37 Madrid

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