
Después del verano, nuestra piel suele necesitar un respiro. El sol, el calor, el cloro de las piscinas y la sal del mar dejan su huella en forma de sequedad, manchas o pérdida de luminosidad. Por eso, retomar una rutina de cuidado facial y corporal es fundamental para mantener la piel sana, hidratada y con un aspecto radiante durante el otoño.
Durante los últimos años, además, nuestros hábitos han cambiado mucho. Pasamos más tiempo en interiores, frente a pantallas, y los cambios estacionales se sienten de otra manera. Todo esto influye directamente en la salud de nuestra piel, que responde a los ciclos del cuerpo, al estrés y a la exposición a la luz, tanto natural como artificial.
La dermatóloga Dra. Paz Cerdá, especialista en dermatología en Zaragoza y referente en tratamientos con láser, explica que “nuestro cuerpo depende de ciclos biológicos y estacionales, y cuando se alteran —como ha ocurrido en los últimos años— la piel lo nota”. Esto se traduce en desequilibrios, deshidratación, aparición de manchas y un envejecimiento cutáneo más visible.
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Los efectos del verano en la piel
La piel, al igual que cualquier superficie expuesta, se deteriora con el sol. Después de meses de exposición, puede quedar más seca, apagada o con un tono desigual. También pueden aparecer nuevas pecas o lunares, especialmente en zonas sensibles como el rostro, el escote, las orejas y la nuca. Estas últimas son las grandes olvidadas del protector solar, y conviene prestarles especial atención.
Si notas manchas nuevas, picor, irritación o un lunar que cambia de forma o color, lo mejor es acudir al dermatólogo. Para detectar posibles riesgos, se recomienda seguir la regla ABCDE: Asimetría, Bordes irregulares, Color variado, Diámetro superior a 6 mm y Evolución.
Además, es especialmente importante conocer qué tipo de piel tenemos para darle el cuidado óptimo y adecuado.
Cuidados y tratamientos después del verano
La Dra. Cerdá recomienda dos pasos esenciales tras las vacaciones: exfoliación controlada e hidratación intensa.
- Exfoliación dermatológica
Después del verano, la piel acumula células muertas y necesita renovarse. Los peelings químicos, realizados en consulta, son los más eficaces para estimular la regeneración celular y mejorar la textura y el tono. En casa, se pueden usar exfoliantes físicos suaves, pero siempre evitando la fricción excesiva. - Hidratación profunda
La piel castigada requiere una hidratación más frecuente. Lo ideal es aplicar cremas o lociones varias veces al día, especialmente en pieles secas o claras. También se recomienda incorporar activos como el retinol o ácido retinoico por la noche, y antioxidantes potentes como la vitamina C o el ácido ferúlico durante el día, siempre acompañados de protección solar.
El protector solar, de hecho, no es solo para el verano. Debería formar parte de la rutina diaria durante todo el año. Según la especialista, “una crema hidratante con filtro solar es el dermocosmético esencial del cuidado diario”. Hoy en día, además, es importante protegerse también de la luz azul emitida por pantallas, que puede alterar los ritmos circadianos y acelerar el envejecimiento cutáneo.
Estrés, alimentación y piel
El regreso a la rutina después de las vacaciones puede generar estrés postvacacional, y esto también se refleja en la piel. Los eccemas, dermatitis y picores son reacciones comunes que suelen desaparecer cuando el cuerpo se adapta de nuevo al ritmo diario.
La alimentación es otro pilar fundamental. La Dra. Cerdá recomienda incorporar alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos saludables:
- Pescado azul y soja, que ayudan a prevenir la sequedad.
- Nueces, aguacate y frutos del bosque, que favorecen la producción de colágeno.
- Pimiento rojo, brócoli y tomate natural, ricos en vitaminas A y C.
- Té verde y chocolate negro (mínimo 85%), por su poder antioxidante.
Sustituir los snacks ultraprocesados por opciones naturales puede marcar una gran diferencia en la salud de la piel.
Preparar la piel para el otoño
El cambio de estación exige reforzar la hidratación y mantener el uso de protector solar. Con la bajada de temperaturas, la piel tiende a resecarse más, y el cabello también puede resentirse. Es común notar una mayor caída capilar en otoño debido al efluvio telógeno, un proceso natural de recambio del cabello que se agrava con el estrés o los cambios hormonales.
Cuidar la piel después del verano es una inversión en salud y bienestar. Renovar, hidratar y proteger son las tres claves para recuperar su vitalidad y prevenir el envejecimiento prematuro. Con una rutina constante, productos adecuados y la orientación de un dermatólogo, tu piel puede mantenerse luminosa, fuerte y equilibrada todo el año.
Dra. Paz Cerdá – Dermatóloga en Zaragoza
La Dra. Paz Cerdá, miembro fundadora de Doctología, pertenece a la Junta Directiva de la Academia Española de Dermatología, además de ser vocal de la citada Asociación. En Zaragoza, constituye un referente en cuanto a diagnóstico y tratamientos con Láser Dermatológico.
Es especialista en Dermatología con 27 años de experiencia y socia fundadora del Centro Láser Quirón y Centro Láser Ruiseñores. Actualmente dirige su propia consulta privada de Dermatología y Tratamientos Láser en Zaragoza.
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