¿Qué es la mesoterapia?: técnicas y beneficios

La medicina estética ha experimentado un auge en su uso en los últimos años. La mesoterapia, tradicionalmente asociada al rejuvenecimiento de la piel, también ha ganado popularidad por sus múltiples beneficios de hidratación y prevención de enfermedades dermatológicas. En este artículo, nuestros expertos médicos de Doctología te cuentan qué es la mesoterapia y cuáles son sus beneficios.

¿Qué es la mesoterapia?

La mesoterapia es un tratamiento médico mediante el que se inyectan pequeñas cantidades de productos farmacéuticos, sustancias naturales y vitaminas, con el fin de conseguir una mejora estética de la piel. Esta técnica inyectiva tiene su origen en Francia y su uso se ha popularizado para la eliminación de celulitis, pérdida de peso y tratamientos de rejuvenecimiento de la piel de la cara, manos y cuello.

El resultado de la mesoterapia es, principalmente, farmacológico. Su efecto varía según la técnica utilizada, bien sea intradérmica superficial o profunda. La primera implica que la sustancia permanezca durante un largo tiempo en el lugar de inyección, y su difusión depende del peso molecular.

Por su parte, mediante la vía intradérmica profunda, la sustancia se fusiona en la vía linfática llegando a la circulación sanguínea. Así pues, la segunda opción es la preferida por su doble acción: la de activación de receptores en la dermis, y la acción sistémica mediante su absorción en el torrente sanguíneo.

¿Qué se inyecta en la mesoterapia?

Ya conocemos qué es la mesoterapia, pero, ¿qué se inyecta? El principal requisito para la inserción de sustancias en mesoterapia es la legalidad de las mismas en el país en que se administra el tratamiento. Así, podemos distinguir entre vitaminas, productos farmacológicos y extractos naturales, que varían según la zona corporal y el objetivo.

Rejuvenecimiento e hidratación de la piel

Para conseguir una piel más tersa e hidratada, los principales elementos son el ácido hialurónico, las vitaminas y los oligoelementos. Estos últimos son sustancias químicas que facilitan el buen funcionamiento del organismo, presentes en pequeñas cantidades, como el hierro, flúor o calcio.

Por su parte, las vitaminas inyectadas en la mesoterapia contienen la combinación entre los tipos A, B, C y E, micronutrientes fundamentales de las células. Por su parte, el ácido hialurónico es la sustancia más conocida y utilizada en medicina estética. Su aplicación lleva a una profunda hidratación, favoreciendo la elasticidad y firmeza de la barrera dérmica.

Reducción de grasa y tratamientos vasculares

En el caso de la reducción de grasa mediante la mesoterapia, por ejemplo, para eliminar la celulitis, es común el uso de sustancias lipolíticas como la cafeína y la vitamina C por sus propiedades de hidrólisis. También es posible el uso de la mesoterapia para la eliminación de varices y otros tratamientos vasculares, donde es procedente el uso de vasodilatadores y anestésicos.

El tratamiento de mesoterapia también previene la caída del cabello, donde se utilizan sustancias para el crecimiento como enzimas, provitaminas y selenio, entre otras.

Ahora que ya conoces qué es la mesoterapia, si buscas dónde realizarte un tratamiento de mesoterapia en Zaragoza, te animamos a que contactes con la doctora Cristina Sainz Arellano, especialista en medicina estética y miembro de Doctología.

Técnicas y duración de la mesoterapia

La diferencia principal en las técnicas de mesoterapia reside en la forma e instrumentos de aplicación. Así, se puede distinguir entre mesoterapia con pistola -con menos versatilidad de infiltración- o mesoterapia manual adaptada a cada zona, con una angulación más precisa de la aguja utilizada.

Entre las técnicas propias de la mesoterapia encontramos la epidermal, prácticamente indolora, y la punción seca o húmeda. Algo más invasivas son la técnica de pápula, consistente en una inyección basal que deja relieve en la barrera cutánea y la de retro trazado, dejando producto de forma lineal a lo largo del recorrido, por ejemplo, en una arruga.

La duración del tratamiento en el cuerpo de cada persona es variable. No obstante, se estima un plazo de entre tres y seis meses. Así, se recomienda la repetición del tratamiento regularmente en un plazo máximo de seis meses para mantener los resultados en el mayor tiempo posible.

Es fundamental el conocimiento de qué se inyecta, cómo se inyecta y qué tipo de piel se somete al tratamiento. Por ello, es imprescindible que este tratamiento sea realizado por un profesional en medicina estética.