Desde Doctología queremos lanzar una convocatoria para la captación de un equipo de voluntarios que quieran someterse a una serie de pruebas para la detección precoz de la Enfermedad del Alzheimer.
Se trata de un equipo multidisciplinar de especialistas que están investigando un nuevo fármaco para mitigar los efectos de la Enfermedad del Alzheimer; y sobre todo están fijando su empeño en la detección precoz de la enfermedad. Para ello necesitan voluntarios que todavía no padezcan la enfermedad y quieran participar en el estudio.
Podemos colaborar cualquiera de nosotros sin ningún coste. Solo hay que pedir información y/o apuntarse en info@neuropolis.org, o llamar al teléfono 617 491 391. Te explicarán con todo detalle en qué consiste tu posible participación.
En el reproductor de audio al principio de este artículo puedes escuchar la entrevista que le hicieron al Dr. Oliveros sobre este tema en el Espacio Salud de Cope Zaragoza.
Índice de contenido
Pregunta. ¿Cuáles son los primeros signos visibles de la Enfermedad de Alzheimer?
Dr. Oliveros. Los primeros signos de fallos de memoria, son conocidos y comentados por las personas. Y aunque puedan ser lo que llamamos quejas subjetivas de memoria (desde su punto de vista) esos fallos; no hay que despreciarlos en absoluto; porque muchas veces pueden ser episodios sin importancia; pero en ocasiones pueden ser los primeros signos de la enfermedad.
P. En ese caso, ¿Cuándo aconseja ir al médico?
Dr. O. Siempre que se tenga la menor duda. Hay una labor del paciente de contarnos cuanto antes lo que le pasa, porque el diagnostico precoz y/o temprano es fundamental. Hay que pensar que cuando empieza la enfermedad, no se tiene ningún síntoma durante años. A veces transcurren de 10 a 15 años desde que comienza la actividad destructora en el cerebro de una persona, hasta que se manifiestan signos evidentes de la enfermedad. Por eso es tan importante poder establecer un diagnóstico temprano.
La enfermedad del Alzheimer puede comenzar 15 años antes de manifestarse y ser diagnosticada
P. ¿Es lo mismo lo que la gente llamamos demencia que la Enfermedad de Alzheimer?
Dr. O. No. Muchas personas sufren Alzheimer, en mayor o menor grado, pero no lo que llamamos «Demencia», porque no tienen daño suficiente en su cerebro para poder etiquetarlo como Demencia. Una cosa es que tengas unos fallos de memoria atribuibles a un Alzheimer y otra es cuando esos fallos cognitivos son tan importantes como para constituir una Demencia.
P. ¿Y qué diferencia hay entre detección precoz y diagnóstico temprano?
Dr. O. El término detección precoz lo empleamos para aquellas personas que sufren o sufrirán un Alzheimer, pero que no tienen síntomas de padecer la enfermedad. Y diagnóstico temprano se aplica para aquellos casos de personas que tienen algunos síntomas; pero que no son tan importantes como para hablar de Demencia. Es en ese momento, en el que se manifiestan unos síntomas muy sutiles, es cuando realizamos una serie de pruebas a los pacientes, para verificar si son o no una enfermedad de Alzheimer.
P. Desde la Fundación Neurópolis, están organizando un equipo de voluntarios para continuar sus ensayos clínicos. Usted dirige a un equipo de especialistas reconocido a nivel internacional, espectacular y que no tiene nada que envidiar a los profesionales que trabajan en los grandes centros sanitarios de España. ¿Zaragoza será referencia mundial en los temas de Alzheimer?
Dr. O. Estoy en condiciones de asegurar que en Zaragoza disponemos de unos profesionales estupendos que saben mucho de la enfermedad; y yo tengo un gran equipo que asegura poder llevar adelante, con todas las garantías, los estudios clínicos en las mejores condiciones y con los medios técnicos necesarios.
Estos estudios permiten conocer que personas aparentemente sanas en 5, 10 o 15 años desarrollarán Alzheimer. Esto es un diagnóstico precoz. Estoy hablando siempre de un diagnóstico de investigación, no clínico.
P. ¿Qué ocurre en el cerebro de las personas que pueden padecerlo?
Dr. O. Esas personas sufren lesiones que aparecen y se llaman placas seniles; están compuestas por la proteína mieloide. Esta proteína la tenemos todos en el cuerpo, no solo en el cerebro; pero en este caso es una proteína mieloide anómala que se deposita en el cerebro y causa daño en su entorno. Y ese daño afecta principalmente a las neuronas. Se trata de una proteína que está dentro de las neuronas, que forma como su esqueleto y se llama TAU; y esa proteína al degradarse hace que las neuronas se destruyan. Y ese daño o lo detenemos pronto, cuando el cerebro no se ha empezado a dañar de forma importante, o si lo diagnosticamos tarde, ese cerebro estará tan dañado que no podremos recuperar a esa persona. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz.
P. ¿La genética, el ambiente influyen en el desarrollo de la enfermedad?
Dr. O. Si que influye. Muchas personas piensan «mi padre, mi madre sufrió o sufre Alzheimer, ¡Qué será de mi?». Es cierto que las formas familiares existen, pero significan menos del 1% del total de los diagnósticos. Son genes que has heredado y que determinan que tu cerebro sea más vulnerable. También influye mucho el ambiente. Pero por suerte para todos, cada vez hay más pruebas favorables de que nosotros a lo largo de nuestra vida podemos hacer muchas cosas para prevenir el desarrollo de lesiones que luego acabarán conduciendo a que alguno de nosotros suframos un Alzheimer
P. ¿Y cuáles son esas cosas?
Dr. O. Pues prácticamente el mismo decálogo que aconsejan todas las academias de medicina para cuidar nuestro corazón.
P. ¿Nos puede adelantar algo de lo que están haciendo en esos ensayos clínicos?
Dr. O. Sobre todo estamos haciendo mucho hincapié en la detección temprana de la enfermedad. Estos ensayos los hacemos con moléculas o sustancias que tienen su sentido si se aplican precozmente en las fases iniciales de la enfermedad. Estas moléculas que aplicamos pueden modificar la enfermedad, la pueden detener, pero no la revierten si ya se ha manifestado
P. ¿Y a qué tipos de pacientes se dirigen?
Dr. O. Estamos trabajando en varios ensayos con perfiles de personas diferentes. Pero en lo que hacemos más hincapié a los pacientes, es que la mayoría de las moléculas que estamos aplicando están pensadas para ser utilizadas en una fase leve o moderada de la enfermedad.
Existe también algún ensayo que contempla el estudio con pacientes en fase grave, pero sobre todo los estudios están enfocados a la prevención y por eso hago el llamamiento a que las personas se miren pronto.
P. ¿Qué están consiguiendo exactamente esas moléculas que aplican a los voluntarios?
Dr. O. Lo que hacen esas sustancias que estamos ensayando, es limpiar el mieloide dañino del cerebro. Por lo que detenemos la acción dañina de ese mieloide; por eso es esencial poder limpiarlo antes de que se produzca la destrucción de las neuronas. Cuando el daño ya está hecho, aunque lo limpies, puedes detener la enfermedad, pero la misma persiste. Sigue ahí.
Hay otros ensayos que actúan sobre la proteína TAU, cuando comienza a degenerar, a destruirse. Las sustancias que estamos probando tratan de limpiar y actúa sobre las sanas para que no se destruyan. Hay, por decirlo así, varias dianas terapéuticas sobre las que trabajamos.
P. ¿Tienen suficientes voluntarios para gestionar este proyecto tan apasionante?
Dr. O. Categóricamente no. Estos ensayos, en la medida que el trabajo nos lo permite los podemos ofrecer a todo el mundo, a todo aquél que esté interesado. Hago desde Doctología un llamamiento a todas aquellas personas que tengan interés por este tema, a que den el paso de mirarse. También que nos llamen los que esté diagnosticados porque los podemos incorporar a estos ensayos, sin ningún coste para los pacientes.
P. ¿Y qué les hacen a los voluntarios?, ¿afecta a su vida cotidiana, si toman otros medicamentos, si fuman, si beben alcohol…?
Dr. O. Lo primero que quiero decir es que se cuida muchísimo al paciente y a su familia. Son ensayos muy caros, pero que están financiados al 100%, por lo que estamos llamando a personas que quieran participar y que se beneficiarán de los mismos; porque si las moléculas del estudio funcionan, a quienes se las estemos administrando, les van a funcionar desde mucho antes.
Los voluntarios que finalmente son correctamente diagnosticados y por tanto reúnen los criterios de inclusión y ningún criterio de exclusión, comienzan un periodo en el que sin dejar de tomar su medicación habitual- si es que están siguiendo algún tratamiento médico- forman parte de uno de los brazos del ensayo clínico. Se llaman así, porque algunos pacientes reciben el medicamento del ensayo y otros reciben placebo (un medicamento que no contienen nada) para así estudiar las diferencias entre los que toman la sustancia y los que no. Las dosis y pautas de medicación varían según el ensayo. Durante ese tiempo, además de recibir medicación, se les hacen revisiones periódicas; así como otras pruebas tales como resonancia magnética, analítica, electrocardiograma, etc.
En el transcurso de esta experiencia, el consumo de alcohol y tabaco en algunos casos limita la elegibilidad de un paciente, pero, en principio, no están prohibidos. Cualquiera que esté sano o no, que beba alcohol, o que fume puede presentarse sin miedo, se les tratará fenomenal, como a los demás.
Toda esta aventura está sucediendo en Zaragoza y podría parecer de ciencia ficción, si no fuera porque destacadísimos profesionales médicos aragoneses están trabajando en ellos y siendo reconocidos a nivel mundial por el interés y eficiencia de sus estudios. Cualquiera podemos apuntarnos como voluntarios. Se trata de un reto personal asumir que podemos padecer un Alzheimer y no saberlo ¿Por qué no intentar que unos médicos estupendos intenten averiguarlo y encuentren una solución? Es una oportunidad única a nivel mundial en la que podemos participar, beneficiarnos personalmente y ayudar a la ciencia avanzar en el remedio de una enfermedad que afecta a millones de personas en nuestro planeta. ¡Vale la pena intentarlo!
Decálogo de la Vida Sana
El Dr. Oliveros recomienda como prevención de la Enfermedad del Alzheimer el seguir las mismas indicaciones que aconseja la Fundación Española del Corazón.
1- Practica una alimentación cardiosaludable: equilibrada y variada.
Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar en tu cocina. Recuerda: sal, azúcares y alcohol sólo en pocas cantidades.
2- Dedica 30 minutos diarios a ejercitar tu cuerpo
Elige el ejercicio que más se adapte a tu condición física: caminar, bailar, correr, actividades al aire libre… ¡Muévete por tu salud!
3- No fumes
Y si lo haces, ¡déjalo ya! Aun fumando poco se multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales. Busca ayuda si no puedes dejarlo solo. Tu médico evaluará tu estado y te aconsejará sobre cómo conseguirlo. ¡Querer es poder!
4- Controla tu peso
Mide tu Índice de Masa Corporal (IMC). Es fácil: divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.
5- Vigila la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón
Mide tu perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.
6- Comprueba tu tensión arterial
Si eres una persona sana verifica anualmente que tu tensión sigue por debajo de 140/90 mm/Hg. Si eres hipertenso también debes mantenerte por debajo de estas cifras. Si ya has sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o eres diabético, tu tensión tiene que estar por debajo de 130/80 mm/Hg. En estos últimos casos, los controles y medidas preventivas han de ser continuos.
7- Revisa tus niveles de colesterol y glucosa
La mejor manera de mantenerlos a raya es seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas tus cifras están por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa, debes consultar con un especialista.
8- Conoce tu riesgo cardiovascular y cuál debe ser tu estilo de vida
Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares. Consúltale todo lo que quieras: qué dieta seguir, qué ejercicios hacer, qué factores pueden perjudicar tu salud… Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.
9- Comparte tus dudas y problemas
Intercambiar experiencias te permite aprender y dar ejemplo para que otras personas se interesen por cuidar su corazón. Recuerda también que tu familia puede ser un gran estímulo y apoyo para superar cualquier dificultad en el cumplimiento de los objetivos de salud. ¡Cuenta con ellos!
10- Aprende a controlar tu estrés y ansiedad
El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable. ¡Relájate!
Fuente del decálogo: Fundación Española del Corazón.